miércoles, 20 de agosto de 2014

El Tabaco abre una luz de esperanza en la lucha contra el EBOLA



El medicamento experimental ZMapp contra el virus del Ébola, producido en plantas de tabaco, parece darle más futuro a esta planta, que parecía tener sus días contados por los recortes de subvenciones y campañas antitabaco en todo el mundo.

El medicamento experimental ZMapp contra el virus del Ébola, producido en plantas de tabaco, parece darle más futuro a esta planta, que parecía tener sus días contados por los recortes de subvenciones y campañas antitabaco en todo el mundo.
Es que el tabaco cuenta con dos grandes ventajas para la producción de medicamentos. Sus genes se pueden manipular fácilmente, y su producción es muy alta.
Se está empleando en forma experimental para fabricar albúmina humana, de uso esencial a nivel hospitalario. Tanto en este caso como en la producción contra el virus del Ébola, la clave reside en la introducción de genes humanos en el genoma de la planta, un tipo de cultivo transgénico que no ha provocado reacciones de rechazo.
En cuanto a un tema económico, los productores europeos de tabaco podrían recibir con esperanza cualquier uso alternativo de este vegetal, pero reconocen que hasta ahora no hay ninguna iniciativa de esa clase que pueda aliviar los campos. De una situación inicial en que el 80% de sus ingresos venían de subvenciones europeas, y solo el 20% se cubría con la comercialización, se ha pasado a la situación contraria. Por lo tanto, el sector ve con bastante angustia la eliminación completa de las subvenciones previstas para2015. Pero si los cultivos tuvieran objetivos médicos, la UE tendría que prescindir de sus prejuicios, consideran las autoridades del Grupo Consultivo de Tabaco que asesora a Bruselas.
Pero la reciente muerte del misionero español Miguel Pajares demuestra que el ZMapp no es una panacea todavía. También es cierto que este paciente recibió el medicamento experimental en una fase muy avanzada de la enfermedad, y que los dos cooperantes norteamericanos tratados con el mismo producto, y que lo recibieron antes de ser repatriados, están evolucionando muy bien. De hecho,  aseguran que su recuperación comenzó a notarse apenas una hora después de recibir el fármaco experimental.
Esto ha movido a la Organización Mundial de la Salud a autorizar su administración en países africanos afectados, a pesar de la inexistencia de ensayar clínicos que lo precedan.
Mapp Biopharmaceutical, con sede en San Diego, California, comenzó su actividad en 2003, y consiguió hace dos años su resultado más prometedor hasta la fecha. En un ensayo con macacos rhesus hecho en colaboración con instituciones gubernamentales y publicado en PNAS, los científicos de la empresa mostraron que su flamante anticuerpo monoclonal, llamado ZMapp, era capaz de proteger contra el Ébola en esos primates no humanos. Este es por lo general el último protocolo que debe cumplimentar una nueva molécula para que los reguladores le autoricen un ensayo clínico. Que la OMS autorice su uso en humanos es excepcional, y da una idea de la gravedad de la crisis africana.
Los ensayos con monos ya revelaron un claro efecto del tiempo. Cuando ZMapp se administró una hora después de la infección, todos los monos se salvaron; cuando se hizo 48 horas después de la infección, se salvaron dos tercios. La investigación fue encabezada por el virólogo militar Gene Olinger, del Army Medical Research Institute of Infectious Diseases (Usamriid). “Hasta ahora, todos los intentos de usar anticuerpos para proveer protección contra el virus Ébola habían fracasado”, explica este científico del ejército en una nota de Mapp Biopharmaceutical. “El nivel de protección contra la enfermedad (del nuevo anticuerpo) es impresionante”, añade en referencia a los resultados en monos.
ZMapp es en realidad un cóctel de anticuerpos monoclonales desarrollado inicialmente en un ratón modelo de infección por Ébola, según la información facilitada por la empresa. Un anticuerpo monoclonal es una especie química homogénea (una proteína concreta), a diferencia de las colecciones complejas de anticuerpos, más bien irreproducibles, que se obtienen extrayendo sangre a animales infectados.
Los genes para estos anticuerpos fueron después adaptados para su uso en humanos (humanizados, en la jerga) y transferidos a plantas de tabaco para su producción eficaz y barata. El presidente de Mapp, el científico Larry Zeitlin, coordinador del estudio publicado en PNAS, asegura que el fármaco obtenido de tabaco es muy superior al producido en sistemas convencionales, como las células de mamífero en cultivo. El tabaco ahorra tiempo, aumenta la cantidad de anticuerpo monoclonal producido y reduce mucho el coste de producirlo. Adaptar el sistema a la generación de un nuevo anticuerpo solo lleva dos semanas.
Lo cierto que la firma de San Diego y la propia Organización Mundial de la Salud se están jugando mucho: si las dosis de ZMapp enviadas a los países africanos que están sufriendo por el virus del Ébola resultan no ser útiles, será un gran problema para la empresa que lo fabrica, y para el organismo de las Naciones Unidas que lo autorizó saltándose sus propios protocolos. Pero si el medicamento salva vidas, habrá lugar para un argumento sólido para acelerar los mismos procedimientos en otros casos, y el tabaco podrá opacar su reputación de mortal.

lunes, 11 de agosto de 2014

Confirmado el vínculo entre la falta de vitamina D y el riesgo de demencia y Alzheimer














La deficiencia de vitamina D se asocia con un riesgo significativamente mayor de demencia y enfermedad de Alzheimer en las personas mayores, según un sólido estudio liderado por expertos de la Universidad de Exeter, en Reino Unido, en colaboración con científicos del Hospital Universitario de Angers y las universidades norteamericanas Internacional de Florida, de Columbia, de Washington, Pittsburg y de Michigan.

El equipo analizó ancianos estadounidenses que participaron en el Estudio de Salud Cardiovascular y descubrieron que los adultos que eran moderadamente deficientes en vitamina D poseían un 53 por ciento más de riesgo de desarrollar demencia de cualquier tipo, elevándose el riesgo al 125 por ciento en los que eran muy deficientes.
Resultados similares se registraron para la enfermedad de Alzheimer, con los miembros del grupo moderadamente deficientes siendo un 69 por ciento más propensos a desarrollar este tipo de demencia, aumentando hasta un 122 ciento el riesgo en aquellos con deficiencia grave.
El estudio, financiado en parte por la Asociación de Alzheimer y publicado este miércoles en la edición digital de 'Neurology', analizó a 1.658 adultos de 65 años y más que eran capaces de caminar sin ayuda y estaban libres de demencia, enfermedades cardiovasculares y accidentes cerebrovasculares al inicio del análisis. Se siguió a los participantes durante seis años para ver si desarrollaban Alzheimer u otras formas de demencia.
Los autores esperaban encontrar una asociación entre los niveles bajos de vitamina D y el riesgo de demencia y enfermedad de Alzheimer, pero los resultados fueron, a su juicio, sorprendentes, al detectar que la relación era dos veces más fuertes que lo que se había previsto. Los expertos creen ahora necesario realizar ensayos clínicos para determinar si el consumo de alimentos como el pescado azul o tomar suplementos de vitamina D pueden retrasar o incluso prevenir la aparición de Alzheimer y demencia.
La demencia es uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo, con 44 millones de casos en todo el mundo, un número que se triplicará para el año 2050 como consecuencia del envejecimiento acelerado de la población. Se cree que mil millones de personas en todo el mundo tienen niveles bajos de vitamina D y muchos adultos mayores pueden experimentar un empeoramiento de la salud como resultado de ello.
Esta investigación es, según sus autores, el primer estudio a gran escala en analizar la relación entre la vitamina D y el riesgo de demencia en el que el diagnóstico fue realizado por un equipo multidisciplinar de expertos, utilizando una amplia gama de información, incluyendo la neuroimagen.
La investigación anterior estableció que las personas con niveles bajos de vitamina D son más propensas a seguir teniendo problemas cognitivos, pero este estudio confirma que esto se traduce en un incremento sustancial en el riesgo de enfermedad de Alzheimer y demencia.
La vitamina D proviene de tres fuentes principales: la exposición de la piel a la luz solar, alimentos como el pescado azul y suplementos alimenticios. La piel de las personas mayores puede ser menos eficiente a la hora de convertir la luz solar en vitamina D, lo que las hace más propensas a estar carentes de vitamina D y depender de otras fuentes. En muchos países, la cantidad de radiación UVB en invierno es demasiado baja para permitir la producción de vitamina D.
El estudio también encontró evidencia de que hay un umbral del nivel de vitamina D que circula en el torrente sanguíneo por debajo del cual aumenta el riesgo de desarrollar demencia y enfermedad de Alzheimer. El equipo tenía anteriormente la hipótesis de que esto podría estar en entre 25 a 50 nmol/L y sus nuevos hallazgos confirman que los niveles de vitamina D por encima de 50 nmol/L están más fuertemente asociados con una buena salud cerebral.