miércoles, 22 de abril de 2015

Tipos de Tumores Cerebrales o Tambien Llamado Cancer Cerebral o de Cerebro


Al crecimiento anormal de células en el cerebro se le denomina tumor cerebral. Los tumores cerebrales pueden ser malignos (cancerosos) o benignos (no cancerosos).
La sospecha de un tumor cerebral puede surgir por primera vez por un comportamiento anormal u otros síntomas. Los síntomas típicamente se investigan con una serie de pruebas dirigidas a realizar un diagnóstico. Si el diagnóstico es un tumor cerebral, se necesita más información sobre las células cancerosas para determinar el mejor tratamiento posible. Hay muchos tipos de tumores cerebrales que difieren según el tipo de células que componen el tumor. Igualmente, determinar la extensión del cáncer ayuda al médico a conocer la probabilidad de que el tumor se extienda a otros tejidos cerebrales, una característica a la que puede denominarse agresividad del tumor.
A continuación se ofrece una perspectiva de los cánceres cerebrales, con información sobre los siguientes temas:
  • Síntomas del cáncer cerebral
  • Pruebas para diagnosticar el cáncer cerebral
  • El diagnóstico: Malignidad, tipo y grado del tumor cerebral
    • ¿Benigno o maligno?
    • Grado tumoral
    • Tipos de tumores cerebrales
  • Introducción a los tratamientos para el cáncer cerebral
    • Cirugía
    • Radioterapia
    • Quimioterapia
Síntomas de los tumores cerebrales
Los síntomas de los tumores cerebrales varían mucho dependiendo del tipo y la localización del tumor. Sin embargo, algunos de los síntomas más frecuentes son náuseas, vómitos y dolores de cabeza. Estos síntomas a menudo se producen por aumento de la presión intracraneal, dentro del cráneo, que produce compresión del tejido cerebral.
Además de aumentar la presión, los tumores engloban y/o dañan el tejido normal de alrededor a medida que crecen. En el caso de los tumores cerebrales, esto puede conducir a deterioro de las funciones cognitivas y síntomas asociados. Los síntomas asociados a los tumores cerebrales dependen en gran medida de la localización del tumor. Las diferentes áreas del cerebro, denominadas lóbulos, son responsables de distintas funciones cerebrales. Por ejemplo, la memoria tiene su lugar fundamentalmente en el lóbulo frontal del cerebro (la parte anterior del cerebro, situada justo detrás de la frente). Un tumor cerebral en el lóbulo frontal puede asociarse a pérdida de memoria. Sin embargo, las áreas del cerebro realizan diversas funciones y por tanto, los síntomas pueden ser diversos.
Los síntomas asociados a las partes principales del cerebro pueden ser uno o más de los siguientes:
Lóbulo frontal (situado en la parte anterior, detrás de la frente)
  • Pérdida de memoria
  • Deterioro del sentido del olfato
  • Pérdida de visión
  • Cambios de comportamiento, emocionales y cognitivos
  • Deterioro del juicio
Lóbulo parietal (en la parte superior de la cabeza)
  • Deterioro del habla
  • Incapacidad para escribir
  • Falta de reconocimiento
Lóbulo occipital (parte posterior e inferior del cráneo)
  • Pérdida de visión en uno o ambos ojos y convulsiones
Lóbulo temporal (situado en la parte lateral de la cabeza, detrás de las sienes)
  • Deterioro del habla
  • Convulsiones
  • Algunos pacientes pueden no mostrar ningún síntoma
Tronco cerebral (situado en regiones profundas del cerebro)
  • Irritabilidad
  • Dificultad para hablar y tragar
  • Somnolencia
  • Dolor de cabeza, especialmente por la mañana
  • Debilidad muscular en un lado de la cara o el cuerpo
  • Pérdida de visión, caída del párpado u ojos cerrados
  • Vómitos
Pruebas diagnósticas para los tumores cerebrales
Los médicos pueden utilizar varias pruebas para diagnosticar un tumor cerebral. El objetivo de realizar pruebas diagnósticas es, en primer lugar, determinar si un crecimiento anormal es maligno (canceroso) o benigno (no canceroso) y, en segundo lugar, si es maligno, determinar qué tipo de cáncer es, cuánto se ha extendido, lo que se denomina el estadio de la enfermedad.
Entre las pruebas que se realizan con frecuencia para diagnosticar tumores cerebrales están:
  • Exploración neurológica
  • Resonancia magnética (RM)
  • Tomografía computadorizada (TC)
  • Tomografía por emisión de positrones (PET)
  • Biopsia
Exploración neurológica: El objetivo de la exploración neurológica es evaluar el sistema nervioso para determinar si existen anomalías. Una exploración típica implica estudiar los reflejos, la sensación, la fuerza muscular, el movimiento de los ojos y la boca, la coordinación y la alerta.
Resonancia magnética (RM): La RM es quizás la prueba más valiosa que utilizan los médicos para diagnosticar los tumores cerebrales. La RM usa un fuerte imán y ondas de radiofrecuencia para producir una imagen de los órganos y estructuras internos. Bajo la influencia del fuerte imán, los átomos de hidrógeno del cuerpo se alinean como las agujas de una brújula. A continuación, se expone al paciente a ondas de radio que hacen que los átomos de hidrógeno cambien momentáneamente de posición. En el proceso de volver a su orientación bajo la influencia del imán, emiten una breve señal de radio. La intensidad de estas ondas de radio refleja el tipo de tejido que existe en esa área del cuerpo. El sistema de RM pasa por el área del cuerpo que se está estudiando, punto por punto, recogiendo información acerca de las ondas de radio emitidas. Un ordenador genera una imagen de los órganos y estructuras basada en estos registros de las ondas de radio.
La RM es útil para diagnosticar los tumores cerebrales porque aporta de forma exacta:
  • Una descripción de la anatomía del cerebro y la forma del posible tejido tumoral y
  • La definición de la extensión del edema (hinchazón) circundante.
El tronco cerebral es una parte del cerebro situada cerca de la base del cráneo. La RM es la mejor prueba para identificar las estructuras y los tumores del tronco cerebral.
Tomografía computadorizada (TC): Un estudio con TC es una radiografía detallada. El sistema de imagen de TC se compone de una mesa móvil que traslada al paciente a través de una abertura circular y una máquina de rayos X que rota alrededor del paciente a medida que se mueve. Los detectores del lado del paciente opuesto al lado por donde entraron los rayos X registran la radiación que sale de ese corte del cuerpo del paciente, creando una “foto” de rayos X en una posición (ángulo). Se recogen muchas “fotos” diferentes durante una rotación completa de la máquina de rayos X. Luego, un ordenador monta la serie de imágenes de rayos X en un corte transversal, que es una imagen de una pequeña rodaja del cuerpo. Un estudio de TC es una serie de estas imágenes transversales.
La TC es una prueba menos cara que la RM y aporta una buena definición de los tumores cerebrales extraxiales, o tumores cerebrales que no se encuentran en áreas profundas del cráneo. Sin embargo, este tipo de estudio no aporta una definición eficaz de la magnitud de la hinchazón y sólo aporta una única imagen plana, en lugar de una imagen tridimensional. Los TC son útiles para identificar los neurinomas acústicos o los meningiomas.
Tomografía por emisión de p
ositrones (PET):
 A diferencia de las técnicas que aportan imágenes anatómicas, como las radiografías, la TC y la RM, los estudios de PET muestran cambios químicos y fisiológicos relacionados con el metabolismo. Esto es importante porque estos cambios funcionales a menudo se producen antes que los cambios estructurales en los tejidos. Por tanto, las imágenes de PET pueden mostrar anormalidades mucho antes de lo que se revelaría con una radiografía, TC o RM.
Antes de un estudio de PET, el paciente recibirá una inyección de un radiofármaco, que es un fármaco marcado con un elemento básico de las sustancias biológicas, denominado isótopo. Estos isótopos se distribuyen en los órganos y tejidos del cuerpo e imitan a sustancias naturales como los azúcares, el agua, las proteínas y el oxígeno. Esta sustancia radiactiva luego es captada por las células cancerosas, permitiendo así al radiólogo visualizar las áreas de aumento de la actividad.
Después de que el paciente haya recibido la inyección, una pequeña cantidad de radiación pasa a través del cuerpo, que detecta los isótopos y revela detalles del metabolismo a escala celular. Aunque la radiación es diferente a la empleada en la radiografía, es aproximadamente equivalente a la que se administra en dos radiografías de tórax. Una vez terminado el estudio, la radiación no permanece en el cuerpo durante mucho tiempo.
Los estudios PET se usan a menudo después de que un estudio anatómico, como la RM o la TC, haya demostrado que existe una masa anormal. Con una imagen de PET que refleja la actividad metabólica del tumor, los médicos pueden determinar si el tumor es benigno o maligno. La PET se usa también para determinar con exactitud el estadio del tumor cerebral.
Biopsia: Cuando los estudios de TC, RM o PET muestran pruebas de un tejido cerebral anormal, a menudo es necesaria una biopsia para confirmar el diagnóstico. Una biopsia conlleva extraer una muestra del tejido anormal para su examen al microscopio. Hay diversos tipos diferentes de biopsias y el método empleado para obtener una muestra tisular depende del tamaño y la localización del tumor sospechado.
  • Una biopsia típica es la extirpación quirúrgica de una masa de células anormales.
  • La aspiración con aguja fina conlleva guiar una aguja delgada hacia el tumor y aspirar suavemente células para su evaluación microscópica.
  • En una biopsia estereotáctica se utiliza un ordenador y un estudio tridimensional para dirigir la colocación de la aguja de aspiración.
Para más información sobre las biopsias y las técnicas estereotácticas, vaya a Cirugía de los tumores cerebrales.
El diagnóstico: Malignidad, tipo y grado del tumor cerebral
Los resultados de las pruebas diagnósticas aportan información detallada a partir de la cual un equipo de profesionales sanitarios puede realizar un diagnóstico exacto. El diagnóstico incluye la identificación de si el tumor es benigno o maligno, el tipo de tumor cerebral y el grado tumoral, o medida en la que las células han mutado e invadido el tejido cerebral próximo. Un diagnóstico exacto es fundamental para determinar el tratamiento óptimo.
¿Benigno o maligno?
Los tumores cerebrales se califican como benignos o malignos según el aspecto al microscopio de las células de la muestra de biopsia. Típicamente, los tumores benignos son menos agresivos y más tratables que los tumores malignos.
Tumores cerebrales benignos: Un tumor cerebral benigno consta de células que tienen un aspecto normal o casi normal cuando se ven al microscopio. El tumor tiene crecimiento muy lento, límites claros que forman una cápsula y no se extiende al tejido cerebral adyacente. Los tumores cerebrales benignos crecen como un globo que se está hinchando, con una cápsula intacta y sin invasión directa del tejido cerebral. Sin embargo, los tumores cerebrales benignos pueden producir daños cerebrales o considerarse potencialmente mortales debido a su capacidad para englobar áreas del cerebro ocupadas por células normales, produciendo aumento de la presión sobre ellas y disfunción.
La cirugía por sí sola a menudo es curativa en tumores benignos que se encuentran en lugares donde es posible la extirpación completa. Los tumores cerebrales benignos más frecuentes son los meningiomas y los tumores de los revestimientos nerviosos (neurilemomas).
Tumores cerebrales malignos: Los tumores cerebrales malignos o cancerosos crecen hacia el tejido cerebral normal adyacente y lo invaden, pero rara vez se extienden fuera del cerebro. Los tumores cerebrales malignos pueden tener un crecimiento lento o rápido y suelen ser potencialmente mortales debido a su capacidad para invadir y destruir el tejido cerebral normal. Los tumores cerebrales malignos pueden extenderse a otras zonas del cerebro y la médula espinal, porque carecen de límites claros y son difíciles de extirpar sin daños excesivos al tejido cerebral normal. Las células de los tumores cerebrales malignos pueden desprenderse también de su lugar inicial y viajar a partes alejadas del cerebro y la médula espinal a través del líquido cefalorraquídeo. Sin embargo, la mayoría de los tumores cerebrales malignos permanecen localizados, en la zona en la que comenzaron.
Hay dos tipos de tumores cerebrales malignos, primarios y metastásicos. Los tumores cerebrales primarios se originan en células del cerebro y los hay de muchos tipos. El tipo más frecuente de tumor cerebral primario maligno es el glioblastoma multiforme (astrocitoma de grado IV), que representa aproximadamente el 20% de todos los tumores cerebrales primarios.
Los tumores cerebrales metastásicos son los cánceres que se han extendido desde otra parte del cuerpo al cerebro. Entre los cánceres que con frecuencia se extienden al cerebro están los de mama y los de pulmón.
Grado tumoral
El grado de un tumor se determina por la medida en la que las células tumorales tienen aspecto diferente de las células normales cuando se ven bajo el microscopio. El grado es un factor importante porque la medida en la que el cáncer se ha diferenciado o ha mutado en comparación con las células normales, puede ayudar a determinar la mejor opción de tratamiento posible.
Tumores de grado I: Los tumores de grado I son los menos malignos, lo que significa que tienen aspecto casi normal cuando se ven bajo un microscopio. Estos tumores crecen lentamente y suelen asociarse a buena supervivencia a largo plazo. La cirugía por sí sola puede ser un tratamiento eficaz para tumores de este grado. El astrocitoma pilocítico, el craniofaringioma y muchos tumores de las neuronas, como elgangliocitoma y el ganglioglioma, son ejemplos de tumores de grado I.
Tumores de grado II (bien diferenciados): Los tumores de grado II tienen un aspecto ligeramente anormal al microscopio y tienen un crecimiento relativamente lento. Aunque las células de los tumores de grado II no son normales, siguen siendo bien diferenciados, lo que significa que tienen límites claros y por tanto, no son tan agresivos como los tumores de alto grado. Sin embargo, pueden invadir tejido normal adyacente y a veces, estos tumores reaparecen con un grado mayor.
Tumores de grado III (anaplásicos): Los tumores de grado III son, por definición, malignos, aunque no siempre hay una distinción clara entre un tumor de grado II y uno de grado III. Las células de un tumor de grado III son células anormales que se reproducen activamente y se extienden al tejido cerebral normal adyacente. Estos tumores tienden a reaparecer, a menudo con un grado mayor.
Tumores de grado IV (blastomas): Los tumores más malignos se designan como de grado IV. Tienen un aspecto raro cuando se ven al microsc
opio, se reproducen rápidamente y se infiltran en los tejidos cerebrales normales adyacentes. Estos tumores inducen la formación de nuevos vasos sanguíneos para mantener su rápido crecimiento. También tienen áreas de células muertas en su centro. La Organización Mundial de la Salud (OMS) designa a los tumores de grado IV como “blastomas”. El glioblastoma multiforme es un glioma de grado IV y es el ejemplo más frecuente.
Tipos de tumores cerebrales
La principal distinción en los tumores cerebrales es si se originaron en el cerebro o si se extendieron desde otra localización, como la mama o el pulmón, al cerebro. Estos últimos se denominan tumores cerebrales secundarios o metastásicos y las células son idénticas a las células cancerosas de la localización original.
Los cánceres que se originan en el cerebro se llaman tumores cerebrales primarios. Hay muchos tipos diferentes de tumores cerebrales primarios y se clasifican por el tipo de tejido en el que surgen. Los tumores cerebrales más frecuentes son los gliomas, que se originan en las células gliales situadas en el cerebro que realizan funciones de apoyo para las células que conducen los impulsos nerviosos. Hay también muchos tipos de tumores cerebrales no gliales que surgen de otros tipos de células del cerebro; sin embargo, la mayoría de estos tumores son raros.
Entre los tipos principales de tumores cerebrales están los siguientes:
Tumores cerebrales primarios
Gliomas
  • Astrocitomas
  • Ependimomas
  • Oligodendrogliomas
  • Gliomas mixtos
Tumores cerebrales no gliales
  • Craniofaringiomas
  • Tumores de células germinales
  • Meningiomas
  • Tumores pineales
  • Adenomas hipofisarios
  • Tumores neuroectodérmicos primitivos (PNET)
  • Schwanomas
Tumores cerebrales metastásicos
Los tumores cerebrales metastásicos son cánceres que se han extendido desde su lugar de origen hasta el cerebro. Las metástasis en el SNC suelen producirse a través del torrente sanguíneo. Una célula cancerosa puede desprenderse de su localización original en el cuerpo y viajar por el sistema circulatorio hasta quedar alojada en una pequeña red capilar del tejido cerebral. Los tumores cerebrales metastásicos son el tumor cerebral más frecuente y se producen con una frecuencia hasta cuatro veces mayor que los tumores cerebrales primarios. Los cánceres que con más frecuencia metastatizan al cerebro son los de mama y los de pulmón.
Para más información, vaya al centro de información del cáncer primario que se ha extendido, como el Cáncer de mama o el Cáncer de pulmón.
Gliomas
Aproximadamente la mitad de todos los tumores cerebrales primarios y alrededor de una quinta parte de todos los tumores primarios de la médula espinal son gliomas, lo que significa que crecen a partir de células gliales. Las células gliales aportan funciones de apoyo a las neuronas, las células cerebrales que conducen los impulsos nerviosos.
Astrocitomas: Los astrocitomas son la forma más frecuente de glioma y el tipo más frecuente de tumor cerebral primario. Estos tumores pueden desarrollarse en cualquier parte del sistema nervioso central: el cerebro, el tronco cerebral o la médula espinal. Los astrocitomas se subclasifican de acuerdo con el aspecto de las células al microscopio. Las células que están bien diferenciadas significa que tienen límites y estructura claras. Son la forma menos maligna de tumor cerebral.
  • Astrocitoma no invasivo: Los astrocitomas no invasivos son tumores que crecen lentamente y habitualmente no crecen hacia los tejidos que los rodean. Hay dos tipos de astrocitomas no invasivos, denominados pilocítico juvenil y subependimario.
  • Astrocitoma difuso (astrocitoma grado I-II): Los astrocitomas difusos contienen células que son relativamente normales y se consideran tumores de bajo grado. Crecen de forma relativamente lenta y a veces pueden extirparse completamente mediante cirugía. Sin embargo, incluso los astrocitomas bien diferenciados pueden ser potencialmente mortales si son inaccesibles. En algunos casos, estos tumores pueden también progresar o recidivar como tumores de mayor grado.
  • Astrocitoma anaplásico (astrocitoma grado III): Los astrocitomas anaplásicos crecen más rápidamente que los tumores de bajo grado y contienen células con rasgos malignos, lo que significa que tienen un aspecto muy diferente al de las células normales cuando se ven bajo un microscopio.
  • Glioblastoma multiforme (astrocitoma en grado IV, GBM): El estadio más avanzado del astrocitoma se denomina glioblastoma multiforme o GBM. Estos tumores crecen rápidamente, invaden los tejidos próximos y contienen células que son muy malignas. El GBM se encuentra entre los tumores cerebrales primarios más frecuentes y devastadores que afectan a los adultos.
  • Glioblastoma multiforme recidivante: Al GBM que ha vuelto o ha avanzado después del tratamiento inicial se le denomina recidivante. El GBM recidivante puede producirse después del tratamiento inicial de un astrocitoma de grado más bajo, como el difuso o el anaplásico.
Ependimomas: Se llama ependimomas a los tumores cerebrales que se desarrollan a partir de células que tapizan las cavidades huecas del cerebro y el canal que contiene la médula espinal. La mayoría de estos tumores suelen ser benignos (no cancerosos) y de crecimiento lento.

  • Ependimoma bien diferenciado (grado II): Los ependimomas bien diferenciados tienen células que se parecen mucho a las células normales y crecen muy lentamente.
  • Ependimoma anaplásico (grado III): Los ependimomas anaplásicos son tumores ependimarios que no se parecen a las células normales y crecen más rápidamente que los tumores ependimarios bien diferenciados.
  • Ependimoblastoma (grado IV): Los ependimoblastomas son cánceres raros que suelen producirse en niños. Pueden crecer muy rápidamente.
Oligodendroglioma: Los tumores denominados oligodendrogliomas se originan en las células del cerebro conocidas como oligodendrocitos, que proporcionan apoyo y nutrición a las células que transmiten los impulsos nerviosos.
  • Los oligodendrogliomas bien diferenciados son tumores de crecimiento lento que se parecen mucho a las células normales.
  • Los oligodendrogliomas anaplásicos crecen más rápidamente y las células cancerosas tienen un aspecto muy diferente a las células normales.
Gliomas mixtos: Los gliomas que se producen en más de un tipo de célula cerebral se denominan mixtos y pueden incluir astrocitos, células ependimarias y/o oligodendrocitos. Los gliomas mixtos incluyen tres tipos distintos de tumores: astrocitoma-ependimoma mixto, astrocitoma-oligodendroglioma mixto y astrocitoma-ependimoma-oligodendroglioma mixto.
Tumores cerebrales no gliales
Craniofaringiomas: Otro tumor que se desarrolla en la región de la hipófisis cerca del hipotálamo se denomina craniofaringioma. Estos tumores suelen ser benignos; sin embargo, a veces se les considera malignos porque pueden presionar o dañar al hipotálamo y afectar a funciones vitales. Estos tumores suelen producirse en niños y adolescentes.
Tumores de células germinales: Los tumores de células germinales surgen de las células sexuales en desarrollo, denominadas células germinales. Hay diferentes tipos de tumores de células germinales, como los germinomas, los carcinomas embrionarios, los coriocarcinomas y los teratomas.
Meningiomas: Los meningiomas son tumores
cerebrales muy frecuentes que se producen en las membranas que cubren y protegen al cerebro y la médula espinal (las meninges). Los meningiomas suelen crecer lentamente y tienden a afectar a más mujeres que a hombres. La mayoría de los meningiomas se consideran tumores benignos; sin embargo, incluso los tumores cerebrales benignos pueden producir discapacidad y a veces, ser potencialmente mortales. El meningioma maligno es un tumor raro que crece más rápidamente que los meningiomas benignos. Entre los tipos de meningioma maligno están el meningioma anaplásico, el hemangiopericitoma y el meningioma papilar.
Tumores pineales: Los tumores de la región pineal son tumores que se encuentran en o alrededor de la glándula pineal, un diminuto órgano situado próximo al centro del cerebro, que es responsable de los cambios en la energía vital con la luz y la oscuridad, produciendo somnolencia con la oscuridad y alerta al aumentar la luz. Los tumores pueden ser de crecimiento lento (pineocitomas) o de crecimiento rápido (pineoblastomas). La región pineal es muy difícil de acceder y a menudo, estos tumores no pueden extirparse.
Adenomas hipofisarios: La hipófisis es una estructura pequeña, del tamaño de un guisante, situada en la base del cerebro, en el centro de la cabeza, por detrás de los ojos. Es muy importante porque secreta varios mensajeros químicos conocidos como hormonas, que ayudan a controlar las otras glándulas del cuerpo y regular el crecimiento, el metabolismo, la maduración y otros procesos esenciales del cuerpo. Los tumores de la hipófisis se denominan adenomas hipofisarios. Casi todos los adenomas son benignos, pero su lenta expansión comprime las estructuras normales que los rodean, suprimiendo la función hipofisaria normal y produciendo a veces dolor de cabeza o problemas de visión. Los adenomas hipofisarios rara vez metastatizan o se extienden a otras áreas del cuerpo. Los médicos clasifican los tumores hipofisarios en dos grupos – secretores y no secretores. Los tumores secretores liberan niveles inusualmente altos de hormonas hipofisarias, desencadenando diversos síntomas.
Tumores neuroectodérmicos primitivos (PNET): Los PNET son tumores raros que se producen en niños y adultos jóvenes. El tipo más frecuente de PNET es el meduloblastoma, que surge de las células nerviosas en desarrollo, que normalmente no permanecen en el cuerpo después del nacimiento. Estos tumores cerebrales comienzan en la parte inferior del cerebro y pueden extenderse desde el cerebro a la médula espinal.
Schwanomas: Los tumores que comienzan en las células de Schwann, que producen la mielina que protege al nervio acústico (el nervio de la audición) se denominan schwanomas y suelen ser benignos. Los neuromas del acústico son un tipo de schwanoma. Suelen producirse en adultos y afectan a mujeres con el doble de frecuencia que a varones.
Introducción a los tratamientos para el cáncer cerebral
Los tumores cerebrales se tratan típicamente con cirugía, radioterapia, quimioterapia o alguna combinación de estas tres modalidades.
Cirugía: La cirugía es el tratamiento principal de los tumores cerebrales que pueden extirparse sin producir daños graves. Muchos tumores benignos (no cancerosos) se tratan sólo mediante cirugía, pero la mayoría de los tumores malignos (cancerosos) requieren tratamiento además de la cirugía, como radioterapia y/o quimioterapia.
Los objetivos del tratamiento quirúrgico de los tumores cerebrales son múltiples y pueden ser uno o más de los siguientes:
Confirmar el diagnóstico obteniendo tejido que se examina al microscopio
  • Extirpar todo o la mayor parte posible del tumor
  • Reducir los síntomas y mejorar la calidad de vida aliviando la presión intracraneal producida por el cáncer
  • Proporcionar acceso para la implantación de quimioterapia o irradiación interna
  • Proporcionar acceso para administrar tratamientos intraquirúrgicos, como hipertermia o cirugía láser
Para más información, vaya a Cirugía de los tumores cerebrales.
Radioterapia: La radioterapia puede usarse sola o en combinación con la cirugía y/o la quimioterapia en el tratamiento de los tumores cerebrales primarios o metastásicos. Las tres formas fundamentales en las que se administra la radioterapia en el tratamiento de los tumores cerebrales son:
Con una máquina que dirige los haces de irradiación desde fuera del cuerpo, denominada radioterapia externa (RTE),
  • Una técnica guiada mediante ordenador y técnicas de imagen, que dirige la irradiación sólo al tumor, denominada radiocirugía estereotáctica 
  • Un implante radiactivo que se coloca en o cerca del tumor, denominada braquiterapia:
La RTE es la técnica convencional para administrar radioterapia a los tumores cerebrales, pero la radiocirugía estereotáctica también se ha convertido en un tratamiento habitual. El avance más reciente en la radioterapia de los tumores cerebrales es la técnica de braquiterapia denominada sistema de radioterapia GliaSite, que conlleva la colocación de un globo en o cerca del tumor durante la cirugía y luego hacer pasar un material radiactivo hacia el globo para realizar el tratamiento.
Para más información, vaya a Radioterapia de los tumores cerebrales.
Quimioterapia: La quimioterapia es cualquier tratamiento que conlleva el uso de fármacos tóxicos para matar a las células cancerosas. La quimioterapia es diferente de la cirugía o la radioterapia porque los fármacos que luchan contra el cáncer circulan por la sangre a partes del cuerpo a las que el cáncer puede haberse extendido y puede matar o eliminar células cancerosas en lugares muy distantes del cáncer original. Como consecuencia de ello, la quimioterapia se considera un tratamiento sistémico.
El tratamiento de los tumores cerebrales con quimioterapia es más complicado que tratar los tumores de otras partes del cuerpo debido a un sistema de defensa natural denominado barrera hemato-encefálica que protege al cerebro de las sustancias extrañas. La barrera hematoencefálica impide a las sustancias extrañar, como los fármacos, pasar desde la sangre a los tejidos cerebrales. Para que un medicamento sea eficaz en el tratamiento de los tumores cerebrales, debe pasar una cantidad suficiente a través de la barrera hematoencefálica o bien debe administrarse de una forma que la evite por completo. Además, no todos los tumores cerebrales son sensibles o responden a la quimioterapia, incluso si el fármaco atraviesa la barrera hemato-encefálica. Las células que se dividen activamente son las más vulnerables a la quimioterapia. La mayoría de las células tumorales y algunas células normales pertenecen a esa categoría.
Para saber más sobre el tratamiento con quimioterapia de los tumores cerebrales, vaya a los centros de información sobre tipos de tumores cerebrales concretos.

lunes, 6 de abril de 2015

Identifican el mecanismo neural responsable del dolor crónico



Alrededor de 1 de cada 5 personas padece dolor crónico que puede ser continuo o intermitente y que afecta de tal manera a los que lo sufren que muchos pierden el apetito, son incapaces de trabajar o de realizar cualquier tipo de actividad física. Ahora, un equipo de científicos de la Universidad de Berna (Suiza) ha identificado un mecanismo del cerebro responsable de este dolor crónico. Su descubrimiento podrá abrir el camino a nuevos tratamientos para este problema médico. El estudio ha sido publicado en la revista Neuron.

“La percepción constante de dolor influye gravemente en la calidad de vida de los pacientes y representa una carga emocional extraordinaria. Por tanto, entender el desarrollo del dolor crónico es de suma importancia para la investigación en neurociencias”, aclara Thomas Névian, líder del estudio.

Los expertos han descubierto mediante experimentos con ratones de laboratorio con objeto de buscar fluctuaciones eléctricas entre las neuronas del sistema límbico, que la región del cerebro en la que las neuronas eran modificadas por el dolor crónico estableciendo una especie de “memoria del dolor” era el giro cingular, una zona cerebral asociada a aspectos emocionales del dolor: “Las neuronas están constantemente activadas por un estímulo nocivo, construyendo así una huella de memoria para el dolor que se hace irreversible. Nuestra idea era entender este mecanismo mejor para derivar posibles nuevas estrategias de tratamiento”, explica Névian.

Esta circunstancia, según los investigadores, se produce porque existe una baja regulación de un canal de iones que conduce a un aumento de los impulsos nerviosos en las neuronas; a más impulsos nerviosos, más percepción del dolor.

¿Será posible diseñar fármacos específicos para controlar la percepción del dolor? A la vista de los resultados, el futuro resulta esperanzador, ya que activando un receptor sensible a la serotonina en los ratones, la función del canal iónico se restauró. “Se ha sabido durante algún tiempo que la serotoninapuede modular la percepción del dolor. Sin embargo, lo que es nuevo en nuestro estudio es que ahorahemos sido capaces de identificar un subtipo específico de receptor de serotonina que redujo la percepción del dolor de manera más eficiente. Este es un resultado importante, lo que podría ayudar a tratar el dolor crónico de manera más eficiente en el futuro”, sentencia el investigador.