Probablemente la mayoría de los lectores de esta publicación tiene o ha tenido cefaleas en algún momento de su vida. De hecho, el 50% de la población las sufre al menos una vez al año. Y al 20% les afecta de manera intensa.
Existen diferentes tipos según los mecanismos de acción. De entrada, se debe diferenciar entre cefaleas primarias o secundarias. Estas últimas son tan variadas como sus causas. Se deben a otro problema primario como puede ser un traumatismo craneal, una hemorragia cerebral, infecciones o un tumor cerebral. “Implican una causa primaria y el tratamiento, por tanto, se centra en ésta”, señala Enric Ferrer, jefe de neurocirugía del hospital Clínic de Barcelona.
La cefalea más frecuente es la tensional. Casi todo el mundo la ha sufrido en algún momento. “Es un dolor que se produce generalmente en la parte posterior de la cabeza”, ilustra Enric Ferrer. Están relacionadas con un aumento del tono muscular. Se asocian a estrés, fatiga, ansiedad o patología cervical, entre otras causas. Suelen ser dolores de cabeza puntuales que desaparecen por sí solas.
En cambio, las personas con migrañas o las cefaleas en racimos suelen padecerlas de manera continuada con periodos de remisión. Ambas se producen por origen vascular, por desequilibrios del sistema serotonínico o por exceso de histamina. Por un lado, las migrañas se caracterizan por dolor pulsátil y son de distribución normalmente hemicraneal. “Pueden ir acompañadas de alteraciones visuales y, en algunos casos, por déficits como dificultades en el habla o adormecimiento de determinadas parte del cuerpo” apunta Ferrer. Las migrañas, debido a causas hormonales, suelen ser más frecuentes en mujeres. Por eso, ante la falta de menstruación, en los embarazos y en la menopausia, suelen desaparecer.
Las cefaleas en racimos cursan por temporadas, especialmente con los cambios de estación, en primavera y otoño. El dolor se centra en la parte ocular. “Suelen presentar enrojecimiento de la conjuntiva, lagrimeo, cierre de la hendidura palpebral, secreción nasal…”, explica el neurocirujano. Los síntomas recuerdan a una alergia primaveral, sin embargo, es este caso únicamente afectan a un lado de la cabeza y van acompañados de dolor intenso. Como las alergias, suelen desaparecer al cabo de unos días o semanas y volver a aparecer a los meses.
El tratamiento principalmente se centra en las crisis, con analgésicos habituales como el paracetamol, eficaz para calmar el dolor de algunas cefaleas. Actúan sobre el sistema nervioso central inhibiendo la síntesis de prostaglandinas, sustancias que intervienen en el mecanismo del dolor y la regulación de la temperatura, y a nivel periférico bloqueando el impulso nervioso del dolor. En el caso de las migrañas se utilizan los triptanes, que generan una respuesta facilitadora de la serotonina, un mediador neuroquímico esencial en la función nerviosa. Además, el uso de enzimas que facilitan la degradación de histamina y las dietas que favorecen la producción de este enzima pueden ser recomendables en el tratamiento de ciertas cefaleas.
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