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viernes, 10 de julio de 2015
Tras veinte años de coma, despertó y recupera calidad de vida, la clave Regeneracion de la Materia Blanca del Cerebro
Terry Wallis sufrió un accidente de coche cuando tenía 19 años que le sumió en un profundo coma. Poco después 'despertó' y desde entonces ha permanecido durante casi dos décadas en un estado definido por los neurólogos como "de mínima consciencia". Ahora tiene 42 años y ha mejorado tanto que ha llamado la atención de los científicos que han estudiado a fondo su caso y acaban de publicar las conclusiones enJournal of Clinical Investigation.
Hace tres años, Wallis despertó de su estado de mínima consciencia durante su estancia en el centro de rehabilitación Mountain View, en Arkansas (EEUU). Desde entonces sus capacidades han ido mejorando poco a poco. Ahora puede hablar -lo primero que dijo fue "mamá"-, cuenta hasta 25 sin interrupciones e incluso hace chistes.
Aunque su familia dice que es el mismo que antes del fatal accidente, los científicos han observado que su memoria a corto plazo es muy limitada y todavía no puede comprender lo que le sucede. Además, aún no puede utilizar las piernas aunque éstas han recuperado cierta movilidad. Wallis no recuerda nada de sus dos décadas en estado inconsciente. Sólo se acuerda de su vida antes del accidente de tráfico. "Aún cree que Ronald Reagan es el presidente", ha comentado su progenitor. "Y hasta hace poco sostenía que tenía 20 años".
Henning Voss, experto en técnicas de imagen, ha dirigido el trabajo junto al neurólogo Nicholas Schiff del Colegio Médico Weill de la Universidad Cornell en New York City. Creen que el cerebro de Wallis se ha autorreparado: ha vuelto a conectar los pequeños nervios rotos en el accidente.
Restauración de la materia blanca
El cerebro está formado por materia gris y materia blanca. La gris es la corteza cerebral o córtex, y se considera el 'disco duro'. Por su parte, la materia blanca se considera el 'cableado' del 'ordenador', que es el cerebro. Los 'cables' son los axones de las neuronas que pueden alcanzar longitudes de hasta un metro. Es esta materia blanca la que ha sorprendido a los científicos con su capacidad de renovación.
Esto es posible en los casos en los que el cuerpo de las neuronas no se ha dañado, según indican los investigadores. No hay estudios que constaten este fenómeno de crecimiento axonal en el cerebro humano. Existen evidencias, pero en estudios con monos ardilla.
Los científicos apuntan que lo más probable es que el crecimiento de los nervios hasta la reconexión comenzara hace tres años cuando Wallis despertó y comenzó a hablar. "Nuestra interpretación de lo sucedido [el hecho de que Wallis haya abandonado el estado de mínima consciencia] es que durante todo este tiempo estaba teniendo lugar un proceso de autorreparación en el cerebro", ha indicado Voss.
Otros expertos apuntan a causas diferentes, como la remielinización de los axiones (la mielina es una sustancia grasa que actúa de 'aislante' para optimizar la conducción del impulso nervioso), o el crecimiento de los haces nerviosos que rodean al nervio dañado.
Para conocer el estado de su cerebro los investigadores han utilizado una técnica de imagen que no se aplica de forma rutinaria, la resonancia magnética por tensor de difusión. Esta resonancia se basa en la visión de la proporción de la cantidad de agua presente en el tejido nervioso. Cuando una zona está inflamada, es decir, lesionada, retiene más líquido.
Anormalidades muy evidentes
Compararon las imágenes del cerebro de Wallis con imágenes de cerebros que se suponen estables: el de 20 personas sanas y el de otro paciente en estado de mínima consciencia que no había mejorado desde hacía seis años. "Observamos lo sobrecogedoramente dañado que estaba su cerebro. Las anormalidades eran más que evidentes tras compararlos con personas sanas", ha comentado Schiff. La materia blanca estaba muy lesionada.
La primera toma de imágenes se realizó a los ocho meses desde que Wallis pronunció su primera palabra tras el accidente. Se repitió 18 meses después y los especialistas observaron que se habían formado nuevas conexiones en las zonas del cerebro relacionadas con el movimiento y el habla.
Así, los neurólogos han podido comprender un poco mejor cómo se rigen este tipo de fenómenos del sistema nervioso. Los implicados en este estudio reconocen que queda aún mucho por entender. Aseguran que la clave no es "esperar" a que se repare sino conocer por qué se produce la generación de nuevas conexiones.
El caso de Wallis es único y no ha sucedido en ningún otro paciente conocido en estado de mínima consciencia. Las imágenes del cerebro del otro paciente con daño cerebral, un chico de 24 años que también sufrió un accidente automovilístico, también denotaban cambios en las conexiones neuronales, pero éstas estaban desordenadas, sin una organización que permitiera al paciente ejecutar alguna de las funciones perdidas.
"Las fibras nerviosas estaban gravemente dañadas, sin embargo las células permanecían intactas", dicen los autores. La situación clínica de Wallis no tenía nada que ver con la del controvertido caso de Terry Schiavo. En ese caso las células del cerebro (el córtex) estaban muertas, ha explicado a AP el doctor James Bernat, neurólogo de la Centro Médico Dartmouth-Hitchcock.
Terry Wallis sufrió un accidente de coche cuando tenía 19 años que le sumió en un profundo coma. Poco después 'despertó' y desde entonces ha permanecido durante casi dos décadas en un estado definido por los neurólogos como "de mínima consciencia". Ahora tiene 42 años y ha mejorado tanto que ha llamado la atención de los científicos que han estudiado a fondo su caso y acaban de publicar las conclusiones enJournal of Clinical Investigation.
Hace tres años, Wallis despertó de su estado de mínima consciencia durante su estancia en el centro de rehabilitación Mountain View, en Arkansas (EEUU). Desde entonces sus capacidades han ido mejorando poco a poco. Ahora puede hablar -lo primero que dijo fue "mamá"-, cuenta hasta 25 sin interrupciones e incluso hace chistes.
Aunque su familia dice que es el mismo que antes del fatal accidente, los científicos han observado que su memoria a corto plazo es muy limitada y todavía no puede comprender lo que le sucede. Además, aún no puede utilizar las piernas aunque éstas han recuperado cierta movilidad. Wallis no recuerda nada de sus dos décadas en estado inconsciente. Sólo se acuerda de su vida antes del accidente de tráfico. "Aún cree que Ronald Reagan es el presidente", ha comentado su progenitor. "Y hasta hace poco sostenía que tenía 20 años".
Henning Voss, experto en técnicas de imagen, ha dirigido el trabajo junto al neurólogo Nicholas Schiff del Colegio Médico Weill de la Universidad Cornell en New York City. Creen que el cerebro de Wallis se ha autorreparado: ha vuelto a conectar los pequeños nervios rotos en el accidente.
Restauración de la materia blanca
El cerebro está formado por materia gris y materia blanca. La gris es la corteza cerebral o córtex, y se considera el 'disco duro'. Por su parte, la materia blanca se considera el 'cableado' del 'ordenador', que es el cerebro. Los 'cables' son los axones de las neuronas que pueden alcanzar longitudes de hasta un metro. Es esta materia blanca la que ha sorprendido a los científicos con su capacidad de renovación.
Esto es posible en los casos en los que el cuerpo de las neuronas no se ha dañado, según indican los investigadores. No hay estudios que constaten este fenómeno de crecimiento axonal en el cerebro humano. Existen evidencias, pero en estudios con monos ardilla.
Los científicos apuntan que lo más probable es que el crecimiento de los nervios hasta la reconexión comenzara hace tres años cuando Wallis despertó y comenzó a hablar. "Nuestra interpretación de lo sucedido [el hecho de que Wallis haya abandonado el estado de mínima consciencia] es que durante todo este tiempo estaba teniendo lugar un proceso de autorreparación en el cerebro", ha indicado Voss.
Otros expertos apuntan a causas diferentes, como la remielinización de los axiones (la mielina es una sustancia grasa que actúa de 'aislante' para optimizar la conducción del impulso nervioso), o el crecimiento de los haces nerviosos que rodean al nervio dañado.
Para conocer el estado de su cerebro los investigadores han utilizado una técnica de imagen que no se aplica de forma rutinaria, la resonancia magnética por tensor de difusión. Esta resonancia se basa en la visión de la proporción de la cantidad de agua presente en el tejido nervioso. Cuando una zona está inflamada, es decir, lesionada, retiene más líquido.
Anormalidades muy evidentes
Compararon las imágenes del cerebro de Wallis con imágenes de cerebros que se suponen estables: el de 20 personas sanas y el de otro paciente en estado de mínima consciencia que no había mejorado desde hacía seis años. "Observamos lo sobrecogedoramente dañado que estaba su cerebro. Las anormalidades eran más que evidentes tras compararlos con personas sanas", ha comentado Schiff. La materia blanca estaba muy lesionada.
La primera toma de imágenes se realizó a los ocho meses desde que Wallis pronunció su primera palabra tras el accidente. Se repitió 18 meses después y los especialistas observaron que se habían formado nuevas conexiones en las zonas del cerebro relacionadas con el movimiento y el habla.
Así, los neurólogos han podido comprender un poco mejor cómo se rigen este tipo de fenómenos del sistema nervioso. Los implicados en este estudio reconocen que queda aún mucho por entender. Aseguran que la clave no es "esperar" a que se repare sino conocer por qué se produce la generación de nuevas conexiones.
El caso de Wallis es único y no ha sucedido en ningún otro paciente conocido en estado de mínima consciencia. Las imágenes del cerebro del otro paciente con daño cerebral, un chico de 24 años que también sufrió un accidente automovilístico, también denotaban cambios en las conexiones neuronales, pero éstas estaban desordenadas, sin una organización que permitiera al paciente ejecutar alguna de las funciones perdidas.
"Las fibras nerviosas estaban gravemente dañadas, sin embargo las células permanecían intactas", dicen los autores. La situación clínica de Wallis no tenía nada que ver con la del controvertido caso de Terry Schiavo. En ese caso las células del cerebro (el córtex) estaban muerta
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